jueves, 27 de octubre de 2016

Terapia Ocupacional en Fibromialgia

La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta a casi un 6% de la población española. Su sintomatología deriva en muchos casos a un daño en el desempeño ocupacional de la persona que lo padece. Aquí es donde entra en juego la labor del terapeuta ocupacional cuya principal función es restaurar o mejorar ese aquello que impide que el desempeño ocupacional se lleve a cabo de forma correcta, ya que este dolor generalizado hace que se produzca una incapacidad física, laboral, familiar y social, haciendo de esta enfermedad una de las que peores índices de calidad de vida tiene. Para ello el terapeuta puede modificar el entorno del paciente, enseñarle hábitos correctos, establecer rutinas y enseñar tácticas para favorecer las actividades de la vida diaria.

Desde el punto de vista del tratamiento, un terapeuta puede realizar el FIQ (Fibromyalgia Impact Cuestionnaire) que es la única prueba validada en España y que evalúa el impacto de la FM en la actividad física, la posibilidad de realizar un trabajo habitual y el grado de fatiga, dolor, sensación de cansancio, rigidez, estado emocional…

El terapeuta es necesario ya que guiará al paciente durante toda la enfermedad para que pueda adaptarse a esta patología, que pueda entender la importancia de unos patrones y unos hábitos de desempeño en los que existan descansos e interrupciones de la actividad. Y como solventar los problemas que pueda ocasionar en otros ámbitos como el ocio, social, familiar…También ayudando a reducir la ansiedad y el miedo a un posible episodio incluyendo formas de respuestas a los síntomas, fijar objetivos y centrarse en los progresos y la aceptación de pérdidas planteándose una vida productiva y satisfactoria incluso en el caso de no poder eliminar el dolor.

 















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